Ya no nos sorprende que nos pidan nuestra dirección de correo electrónico para enviar y recibir mensajes de nuestros amigos o mandar los trabajos del instituto a nuestros profesores. Lo consideramos algo habitual porque no usamos ni papel ni bolígrafo para escribir cartas o enviar un documento físicamente a través de una oficina de correos. Pero el correo electrónico no se inventó hace tanto tiempo.
La verdad es que se lo debemos a un ingeniero estadounidense, Ray Tomlinson (Amsterdam, Nueva York, 1941) quien en 1971 encontró la manera de enviarse a sí mismo un mensaje desde un ordenador a otro, ambos conectados en red, y vio que funcionaba. Había empezado a trabajar en la empresa BBN en 1967 para desarrollar ARPANET, la red precursora de Internet. Entonces se trabajaba con monitores conectados a un gran ordenador central, que actuaban como simples terminales con teclados. Se conocía desde los años 60 un programa llamado SNDMSG (acrónimo de "send message") que permitía, precisamente, esto mismo, que desde una pantalla a otra se enviaran mensajes, pudieran ser leídos y ser archivados en directorios con el nombre de los destinatarios en el ordenador central. Tomlinson también utilizaba un protocolo de transmisión de ficheros por red, el CPYNET. Le debió resultar fácil unir los dos programas. Eso sí, tuvo además que pensar cómo dar la dirección de un ordenador a otro ordenador, es decir, identificar al remitente y al destinatario.
En el lenguaje de programación no se había usado el carácter arroba, que, en inglés se relaciona con la preposición "at", que indica "estar en", el lugar en el que se encuentra una persona. De esta manera, escribiendo el nombre del usuario seguido de la @ y el nombre del servidor del ordenador configuró el correo electrónico. Curiosamente y como suele ocurrir, cuando Tomlinson envió un correo a sus compañeros, éstos no le dieron demasiada importancia, por lo que ni siquiera pensó en patentar el invento. Nos imaginamos ahora cómo se siente sabiendo que cada día se envían unos 2100 millones de mensajes.
Actualmente, Ray Tomlinson sigue trabajando en la misma empresa. Recibió el Premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica y Técnica en el año 2009 junto a Martin Cooper, ingeniero estadounidense inventor del teléfono móvil.
Publicado por: María González
Nota: 9,75
ResponderEliminarBien redactado; información muy completa
(la letra no está en tamaño normal)